Dedico esta entrada a todo el colectivo trans. Especialmente a Mariana, Lucía y Hugo. Siento una fuerte conexión con vosotr@s y estoy segura que es porque nos une la búsqueda de autenticidad y el deseo de tan sólo SER. Gracias por inspirarme tanto en mi camino.

Mariana es una mujer, que como otras muchas busca cada día salir al mundo siendo auténtica y mostrando su esencia.

Una mujer que cada mañana se levanta dando un paso mas hacia lo que es “su libertad”.

Una mujer que disfruta yendo a un centro de belleza, ama las telas bonitas y las ropas femeninas que embellecen su figura.

Una mujer que tiene sus miedos, deseos y anhelos. Pero con un impedimento al que miró de frente durante mucho tiempo: su alma femenina vivía encerrada en un cuerpo de hombre.

Hace ya unos años recibí una solicitud de amistad que según acepté me envió un mensaje donde me explicaba que valoraba mucho la sinceridad en su vida y no quería engañarme: había nacido hombre.

Mariana deseaba convertirse en mujer, porque así se sentía y ante la incapacidad de hacerlo “fantaseaba con una identidad virtual femenina” para canalizar lo que le estaba viviendo.

Ella tan solo deseaba tener amigas y compartir conversaciones femeninas. Y vivir su vida desde la mujer que su esencia le decía que era.

Su primera conexión con la feminidad fue con seis años con su abuela en una peluquería, donde disfrutaba de ese ambiente tan femenino. Aunque no fue hasta hace unos seis o siete años que se re-activó en ella su esencia femenina. Descubrió cómo le atraían objetos femeninos como barras de labios o ropa interior de mujer.

De cómo las personas llegan a nuestra vida sería otro tema, pero si alguien se acerca a ti con sinceridad y humildad tan solo nos queda abrir nuestro corazón. Porque es tiempo de ver almas y no cuerpos y en este caso sentí, ya que nada es casual, que si nuestros caminos se habían encontrado es porque ambas debíamos hacer ese trayecto juntas.

Lo primero que pensé era cómo yo podría ayudarla, la mente, la loca de la casa empezó a buscar métodos y otra infinidad de cosas que ella no me requería. Mi nueva compañera tan solo buscaba una amiga con la que compartir, abrirse y ser ella misma.

Así creamos ese pequeño círculo de mujeres virtual donde nos contábamos y acompañabámos.

Compartimos cómo cada día ella se atrevía a integrar rutinas femeninas en su vida. Como acudía al trabajo con su nueva ropa interior, aunque a nivel externo se sintiera disfrazada de hombre y juntas ibamos descubriendo emociones y sensaciones. Cosas tan íntimas como la emoción que pequeños actos cotidianos vividos casi en clandestinidad, la conectaban con su verdadera esencia.

Y juntas crecimos y nos acompañamos, porque ambas estamos en la profunda transformación de convertirnos en lo que deseamos mostrar y ofrecer al mundo. De la mano a lo Telma y Louise nos lanzamos al vacío sabiendo que juntas somos más fuertes.

Este ejemplo lo uso mucho últimamente y es que así siento que estamos muchas mujeres, cada una en su punto y su historia, pero dispuestas a atrevernos a traspasar todas nuestras barreras por convertirnos en lo que nuestra alma anhela.

Imagino esta escena como un inmenso desfiladero lleno de mujeres donde nuestras manos y nuestra energía nos unen.

Y ahora que estamos en el aire, en pleno vuelo no caemos, sino que planeamos para caer suavemente como una pluma de manera delicada pero firme.

Juntas somos más fuertes y la vida me trae cada día historias de superación de miedos y retos que me inspiran y me recuerdan que somos un movimiento silencioso y unido en pos de nuestra autenticidad.

Me siento feliz y bendecida de caminar junto a ti Mariana y a todas las demás que cada día se acercan a mí formando esta hermosa manada que nuestras entrañas recuerdan que somos.

Fueron varios los días que nuestras conversaciones me hicieron meditar profundamente. Recuerdo un día donde me dio las gracias por dirigirme a ella en femenino.

Su energía siempre me llegó como mujer, pero ante todo, ¿quién era yo para juzgarla y rebatir lo que me exponía y sentía?

Me dijo que ella sentía esa afirmación como una bienvenida simbólica al mundo femenino ya que hasta ese momento no había compartido con nadie su sentir.

Y en mi corazón, al oir sus palabras sentí que realmente algo se estaba sanando…el mundo necesita más amor y comprensión y entender como el simple uso de las palabras puede suponer un cambio enorme para alguien.

Somos lo que vivimos y experimentamos. He decidido caminar junto a otras mujeres y crecer juntas, y poder nutrirme de almas maravillosas como la suya, me hace sentir que nuestros caminos son mucho más relevantes de lo que pensamos. La existencia está llena de pequeños detalles que nuestra mente no llega  a percibir, pero que juntos entrañan un enorme puzzle del que no somos conscientes.

Un día me propuso un “juego”: juntas crearíamos un relato virtual donde ella decidía salir al mundo y yo como su mejor amiga la acompañaría.

¡Qué gran reto para mi mente inquieta y qué responsabilidad! -pensé.

Así que juntas nos pusimos en situación y nuestro relato de días, con sus debidas risas y detalles donde ambas disfrutamos entre telas y vestidos, sesiones en centros de belleza donde nos embellecían como las Diosas que somos, terminaba en una gran fiesta donde mi amiga ante toda su familia, amigos y compañeros de trabajo daba la noticia y hacía de ese momento el primer día de su nueva vida como Mariana.

Ese fue el principio de su transformación. Mariana deseaba convertirse por completo en mujer y sabía que ese viaje sería largo, pero que juntas sería más fácil.

Y es que cuando las mujeres se reúnen ni la distancia ni el tiempo son un impedimento. Mariana reside en Argentina.

Vivimos de manera hipotética “que pasaría si” y la acompañé a que conectara con cada personaje, su posible reacción y la emoción que todo esto movía en ella.

Creamos a través de nuestros pensamientos y emociones nuestro relato que poco a poco fue empoderando a esa mujer que un día dejó de disfrazarse de hombre y salió al mundo segura de sí misma.

Hablamos de miedos, inseguridades y de cómo afrontamos la vida “a pesar de todo eso” y fue realmente enriquecedor sentir como a pesar de todas las diferencias, somos tan solo dos almas con inquietudes similares. Tal vez nuestros retos tengan nombres distintos pero todos convergen en un mismo lugar, empoderarnos y superar nuestras limitaciones personales.

Me compartió como ha pudo re-descubrir a su niña interior y juntas compartir tardes de juegos.

lJuntas vivimos el momento más importante de su nueva vida (virtual). Comparto sus palabras para que salgan al mundo como ella:

“Gracias a todos por venir. Si están aquí es porque este día es muy importante para mí. Y no solo por ser mi cumpleaños número 33. También porque tengo un anuncio muy importante que hacer. Hasta hoy he vivido como (…) pero ya no más. Quiero anunciarles que me siento y soy mujer, y como tal viviré a partir de hoy.

Espero me acepten y poder contar con vosotros en este camino que inicio hoy. Saluden a nuestra nueva amiga, hija, hermana y compañera…Mariana.”

Lo que sucedió a partir de ahí es algo que nos reservamos. Pero os comparto aunque la realidad difirió de la ficción, tuvo un resultado que colmó a Mariana de la felicidad que envuelve a las personas que son valientes y deciden seguir su corazón. Tan solo comentaros que madre e hija se abrazaron con profundo amor y yo lloré de felicidad al sentir a mi querida Mariana respirar libre y feliz.

Otro momento muy intenso y real fue cuando me compartió que acudió a un centro de belleza a depilarse y compartiendo su sentir con la mujer que la atendió, ésta se dirigió a ella como mujer en todo momento. Se tumbó en esa camilla como mujer y como tal vivió la experiencia.

Pequeños pasos que hacen grandes cambios en una vida.

Me hizo llorar cuando me dijo que en su corazón yo la había acompañado en esa primera vez como mujer en el mundo y me sentí profundamente honrada por compartir ese momento.

Ella me eligió sin conocerme ni saber cómo reaccionaria en su viaje, pero es que cuando dos almas están destinadas a encontrarse el Universo conspira y activa toda la magia que ya existe para que así sea.

Es maravilloso ver cómo dos mujeres separadas por miles de kilómetros se unen en algo tan cotidiano como una depilación, y este gesto simboliza un antes y un después.

Mariana tiene como cualquier otra mujer el sueño de casarse y ser madre. Sabía que antes debía vivir el proceso de transformarse completamente a nivel físico y hoy puede decir orgullosa que lo ha conseguido de forma completamente satisfactoria.

Desde entonces hemos compartido cómo fue ese día que decidió salir al Mundo vestida de mujer y tiró “sus disfraces de hombre” al contenedor en un acto alquímico de decirlo al mundo: “Esta soy yo”.

 

Ella desea poder en un futuro viajar e inspirar a otras personas a hacer el cambio y nos hemos “agendado” un encuentro donde ambas compartamos cómo hicimos el camino. La fecha se la dejamos al Universo…

Gracias Mariana, de corazón, por mostrarme que cuando las mujeres nos cogemos de la mano no para victimizarnos sino para sentirnos escuchadas y apoyadas, realmente somos más fuertes. Cada una tiene sus retos pero nuestros paralelismos en detalles sutiles, me inspiran a creer una vez más en esa magia que crea la causalidad en uno de esos días que más lo necesito.

Ojalá algún día ese charco que nos separa se convierta en lágrimas, las que seguro derramaremos al abrazarnos y juntas poder compartir ese sueño de inspirar al Mundo.

Con infinito amor, Inma.

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